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28 septiembre 2025

El frikismo avanza en oleadas (y la historia se repite)

Creo que no hay nada más enriquecedor que hablar con personas que comparten tu afición sobre su opinión sobre el mundillo. Ya lo he comentado muchas veces por aquí, pero desde hace unos quince años suelo quedar de forma más o menos mensual con los maeses cofrades de la Sociedad Gastronómica de Roleros Irredentos (SGRI), un grupo de entusiastas del rol de Madrid y alrededores que nos reunimos para gestar planes de dominación mundial, comer hamburguesas, comprar rol y debatir sobre la afición.

De los maeses iniciales hay bastantes que ya no quedan con nosotros, y otros que se prodigan menos. Yo mismo he tenido temporadas en las que he bajado menos, aunque últimamente estoy logrando apuntarme a la mayoría de las convocatorias mensuales. Y, por supuesto, se han ido añadiendo más miembros con el paso del tiempo, aunque es verdad que hace tiempo que no metemos a nadie nuevo en la sociedad secreta ;).

La cuestión importante es que una vez al mes, de media, me veo con gente con la que es un placer debatir sobre rol. Porque además, algunos son editores, otros son traductores, hay autores de juegos, hay miembros de asociaciones de juegos e, incluso, gente a la que simplemente les gusta jugar a juegos de rol ;). Aunque incluso esos últimos te sorprenden de repente comentando cómo montaban jornadas roleras hace veinte años o te informan de que conocen a tal persona que conoce a otra persona que juega en tal mesa. Al final, para mí es todo un termómetro de la afición española y, hasta cierto punto, internacional, porque si preguntas sobre casi cualquier cosa que tenga que ver con nuestro mundillo friki, uno u otro sabe algo del tema.

Ayer sábado tuve una de estas reuniones y salieron varios temas. Que si la Comic-Con de Málaga, que si ya apenas quedan asociaciones de rol (porque todo el mundo se monta su Discord privado), que si es posible que nunca volvamos a tener jornadas Ludo Ergo Sum (las cosas que se paran tienen tendencia a quedarse paradas), que si los mecenazgos de tal o cual juego saldrán o no, etc.

Una de las cosas que comentamos y me llamó la atención fue la popularidad que están alcanzando los juegos de rol en solitario y, de forma seguramente relacionada, el renacimiento de los librojuegos. Todos coincidimos en que los juegos de rol en solitario han experimentado una explosión de popularidad en los últimos años, y que es muy posible que tenga que ver con la pandemia (¿recordáis? Ya han pasado cinco años...). No sabemos seguro si fue esa experiencia traumática la responsable, pero lo cierto es que desde entonces no solo hay muchos juegos de rol en solitario (como Ironsword, Mapeando las catacumbas, Bahía Gris, etc.) sino que los propios juegos de rol tradicionales incluyen cada vez más herramientas integradas para jugar en modo solitario. Sin ir más lejos, El Anillo Único tiene su «modo Trancos» para jugar así, y el propio suplemento de Moria trae una campaña con reglas en solitario para determinar las andanzas de la fallida expedición de Balin para recuperar la ciudad de los enanos.

Aún diría más: mientras que los mecenazgos de rol en muchos casos se las ven y se las desean para salir adelantes en estos tiempos, los destinados a financiar librojuegos o juegos de rol en solitario suelen atraer a un número muy significativo de mecenas. Si un mecenazgo de rol modesto puede darse con un canto en los dientes a día de hoy si atrae a 200 o 300 personas, en los de rol en solitario o librojuegos se están viendo de forma habitual apoyos en torno a las 600 u 800 personas. Sé que los mecenazgos no son el único modo (y probablemente tampoco el mejor) de medir la popularidad de algo, pero me parece significativo. Cuando comienza un mecenazgo de rol en solitario o librojuegos casi no tengo ninguna duda de que va a salir adelante, pero cuando hay uno de rol, siempre tengo el runrún de si saldrá o no. Si es una muestra del agotamiento de una fórmula lúdica, o si la afición en general está virando a modos distintos de entretenimiento, ya no lo sé, no soy sociólogo (aunque he interpretado a uno en una partida de rol).

Lo que me parece más significativo es que habrá mucha gente que descubra los juegos de rol en solitario antes que los propios juegos de rol. Sin duda habrá mucha gente que llegue a esta variante desde los juegos de rol tradicionales o quizá por su afición a los librojuegos, pero alguien, en algún momento, los descubrirá por sí mismos, sin haberse visto expuesto a otra vertiente del frikismo. Y su visión del mundo friki comenzará ahí y no en cualquier otro punto. Y, probablemente, tanto él como el resto de gente que se aficionen a este tipo de juegos emularán en el futuro, si esto sigue creciendo, las mismas discusiones, dimes y diretes que hemos tenido los aficionados al rol durante décadas.

Hace unos días me llegó a casa The Elusive Shift, un libro que viene a ser la continuación de Playing at the World. Mientras que el primero habla de cómo llegó a crearse Dungeons & Dragons, este segundo libro se centra en cómo los primeros jugadores de D&D se fueron dando cuenta de que este juego no era un «wargame» sino otra cosa, y esa otra cosa terminó siendo un género nuevo, los juegos de rol. ¡Pero es que roleplaying game o RPG no aparece por ningún lado en el primer D&D! Los jugadores originales eran gente a la que les gustaban los wargames, las novelas pulp, la ciencia ficción y todo lo que fuera friki en 1974. A estos jugadores iniciales, sin embargo, les siguió una nueva generación que no había jugado nunca a la guerra en un tablero hexagonal con fichas de cartón o no había tocada una figura napoleónica de plomo en su vida.

Obviamente, esta gente que llegó en una segunda oleada, y que no estaba tocada por el frikismo anterior, lo hizo porque los juegos de rol se popularizaron. Tanto, que llegaron a atraer gente nueva a la gran familia del frikismo por ellos mismos. En los 80, entró mucha gente a la afición a través de los librojuegos. En los 90, entraron a través de Magic y los juegos de cartas coleccionables. Y en cada ocasión, los aficionados anteriores que entraron en una oleada previa asentían (asentíamos) pero seguíamos jugando a «lo nuestro», si es que lo nuestro lograba sobrevivir al embate de la nueva ola.

Y lo curioso es que cada nueva generación de frikis, que entra con su nueva versión popular del frikismo, está condenada a repetir las mismas movidas que la generación anterior, adaptadas a los nuevos tiempos. Vuelven las luchas de egos, vuelve la sobreproducción de una idea original llevada hasta sus últimas consecuencias, vuelven las guerras de ediciones, vuelven el auge y caída de editoriales, clubes y grupos creativos. Volverán incluso los renacimientos como el de la OSR o la segunda edad de oro de los librojuegos, porque las oleadas culturales se suceden unas a otras y los jóvenes aficionados de hoy serán los autores y editores del futuro.

Del mismo modo que yo no tengo mucha idea de qué sucedía en los años 50 y 60 (mis padres nacieron en 1949 y 1951), pero esos años fueron fundamentales para que en los 70 y 80 surgieran los juegos de rol, los chavales que nacieron a principios de milenio piensan en los 80 y los 90 cómo una época mítica y arcana, y supondrán que los juegos de rol antiguos son D&D3 y Pathfinder, o algo por el estilo. O que no había juegos de rol antes de que los inventaran los de Critical Role. Somos seres finitos, y estamos muy pocas décadas en este mundo. Antes de que nos demos cuenta, la historia nos pasa por encima y, como cantan los de León Benavente, «la gente moderna ya no era moderna, sino anticuada».

Así que, al final, no sirve de mucho luchar contra los elementos. Las aficiones mutan, cambian y, en ocasiones, desaparecen. Lo que hoy es moderno mañana será cosa de boomers. Al final el tiempo (el más poderoso de los dioses) se nos lleva a todos por delante. Pero eso no quiere decir que nos tengamos que dejar llevar por la melancolía o la desesperanza. Creo firmemente que mantener viva una afición a lo largo de los años es una de las bases de la felicidad. Y aunque los años nos vayan pesando y lo que tanto nos ha dado vaya perdiendo su brillo, hay belleza en mantener algo vivo, aunque solo sea por tantos años como estemos cada uno en este planeta. Yo, por lo menos, seguiré viendo a los viejos roleros de la SGRI mientras el cuerpo aguante. Aunque la muchachada juegue cada año a cosas más raras ;).

Saludetes,
Carlos

21 septiembre 2025

Entre mecenazgos anda el juego (Before All Others y Ars Magica)

Hace mucho tiempo que no hablamos de mecenazgos en esta santa casa, así que vamos a comentar algo sobre dos de ellos, a los que he estado siguiendo la pista. Uno de ellos está ya en marcha y va viento en popa a toda vela, y al otro le quedan solo diez días para surcar las procelosas aguas del crowdfunding. Yo siempre he sido de la opinión de que los mecenazgos son herramientas útiles y válidas para sacar cosas que, de otro modo, no saldrían adelante. Que ahora mismo existan empresas grandes que los utilizan como campaña publicitaria y se aprovechan del FOMO no le quita legitimidad a aquellos que lo usan en su sentido casi original. Y digo casi porque la idea de Kickstarter (la empresa) era que las campañas servirían como «empujón» para echar adelante un proyecto de algún tipo, más que un modo de ir sacando las obras de este modo o de ninguno; pero es que la economía es la que es, y las posibilidades de los actores pequeños son las que son. Sin más preámbulo, veamos los mecenazgos en cuestión, el primero un libro en inglés y el segundo, una traducción al español.

Before All Others

La campaña de mecenazgo de Before All Others está dedicada principalmente a la financiación del suplemento de los elfos del sistema de juego Adventurer Conqueror King System, más conocido como ACKs. La segunda meta del mecenazgo es financiar una segunda tirada de los tres libros de la segunda edición del juego, la llamada ACKs Imperial Imprint, o ACKs II. Aquí hay una cuestión divertida: todos podríamos decir sin ningún género de dudas que esto es la segunda edición del juego, o ACKs 2, pero el autor, Alexander Macris, afirmó en una ocasión que no habría nunca una segunda edición del juego, así que (según él) ACKs II no significa ACKs 2 sino ACKs Imperial Imprint. En fin; esto nos pasa por tener a abogados de carrera escribiendo juegos de rol.

Before All Others es un libro en el que se nos habla de los elfos de la ambientación principal de ACKs, un mundo inspirado por la época de la antigüedad clásica europea, con un imperio humano asediado en sus fronteras y en su interior por nómadas, bestias del Caos y cultos siniestros. Yo diría que el símil más adecuado es pensar en una especie de Imperio Bizantino temprano, con el añadido de especies no humanas aliadas y enemigas como elfos, enanos y hombres bestia.

El libro contendrá muchas clases de personaje élficas (guerreros élficos, magos élficos, nobles, etc.); un sistema de magia específico para ellos y basado en canciones (entiendo que será una variante del presentado en Heroic Fantasy Handbook); reglas para dominios élficos incluyendo ideas sobre cómo cultivan huertos y le sacan provecho al bosque los elfos; monstruos relacionados con elfos, hadas y bosques; descripciones de la cultura, fisiología y mentalidad élficas, etc. En ese sentido, se puede considerar un suplemento hermano del previo By This Axe, dedicado a los enanos. By This Axe tiene muy buenas reseñas, pero no os lo puedo recomendar porque es de los pocos suplementos de este juego que no tengo; me salté esa campaña de mecenazgo, y no he encontrado nunca la ocasión de meterlo en mi asignación de compras mensuales (incluso yo tengo un límite al gasto en frikismo). Algún día no muy lejano creo que caerá, cuando haga alguna compra en físico a DriveThruRPG.

Inicialmente tenía pensado participar en esta campaña de mecenazgo, no solo pillando el libro de los elfos, sino viendo si me cuadraba la opción de pillar también los libros básicos de ACKs II, que sigue la misma estructura de D&D y nos plantea un manual del jugador, un libro del director de juego y un manual de monstruos. En su día participé en la campaña de mecenazgo de ACKs II, pero solo a nivel de PDF porque, realmente, se me iba de precio. A día de hoy tengo la intención de pillar los libros a través de DriveThruRPG, tanto porque me han dado un cupón de descuento del 10% por ser mecenas de la campaña original como porque el autor ha anunciado que sacará una versión en tapa blanda en el futuro cercano. No sé si la tapa blanda va a ser buena idea para libros que tienen unas 500 páginas, pero veremos si nos vale como opción. Los dineros son los dineros.

Mi idea era adquirir el libro de los elfos y los tres libros básicos siempre que la cosa no pasara de los 200 euros (cincuenta euros por libro) ya que, de otro modo, me salía más económico tirar de DriveThruRPG y su impresión por demanda. Al examinar la campaña (que lleva desde el lunes activa) vi que los libros que se ponían a la venta eran los de la edición de lujo, con la posibilidad de adquirir una versión de superlujo, de esas con portada de imitación de cuero. Los cuatro libros, sin embargo, costaban 275 dólares. Haciendo cábalas me di cuenta de que eso era incluyendo la pantalla, y que se podía hacer un truqui consistente en pillar el libro de los elfos y añadir libros de uno en uno, como añadidos, de modo que se podían conseguir los cuatro libros por 230 dólares, que al cambio actual son 195 euros. ¡Cuadraba! ¡Era factible...!

...Salvo porque esa opción tenía unos gastos de envío de 45 dólares adicionales por enviarlo a Europa. Y porque no te aseguraban que no te tocara pagar aduanas en el momento en el que llegaran. Jarrazo de agua fría. Si combinamos eso con el hecho de que está previsto que los libros se entreguen en enero de 2027 (sí, no he dicho 2026, he dicho 2027), se me quitaron por completo las ganas de participar.

Esto no quiere decir que no quiera los libros. Sigo considerando que ACKs es uno de los mejores retroclones que existen. El que mejor integra la idea de que a nivel 9 los personajes se convierten en líderes y gobernantes y uno de los más pulidos en cuanto a reglas en todos los sentidos. Estoy convencido de que el libro de los elfos mantendrá el nivel de calidad de toda la colección.

Me terminaré haciendo con estos libros en físico (los básicos ya me los leí en PDF de pé a pá) y puede incluso que los use para dirigir algo :D. Pero me haré con la versión de DriveThruRPG porque, entre otras cosas, hasta me gustan más las portadas de dicha versión, que me parecen más apropiadas para un entorno de fantasía. Ya irán cayendo en los siguientes meses. Y el de los elfos, para el 2027.

Desde luego, esta es una muestra más de que el mundo ha cambiado desde aquel lejano 2012 en el que participé en mi primera campaña de financiación... que fue precisamente para un libro de ACKs (el Player's Companion, con el añadido del libro básico de reglas). Por aquel entonces las aduanas no retenían libros, los gastos de envío eran razonables y encima el cambio entre el euro y el dólar no estaba mal (aunque ahora también salimos ganando algo; gracias, Trump). Hace poco me llegó el Dolmenwood en inglés y en físico porque me metí en la campaña al asegurarme que no habría problemas con las aduanas. Y no las ha habido, porque se han enviado los paquetes desde un país europeo. Se imprimió en China, se envió un barco a Europa y desde ahí me ha llegado. Macris parece que enviará sus libros de otro modo, entiendo que directamente desde EEUU, y no se quiere pillar los dedos prometiendo que no habrá problemas de aduanas. Bueno, me pierde como mecenas (y entiendo que a otros muchos también) pero entiendo la prudencia. Tampoco me parece mal que admita que van a estar en 2027 si esas son las cuentas que ha hecho. Otros prometen que las cosas estarán mucho antes y luego tiene sus retrasos. Pero es que, a día de hoy, casi me espero a 2027 con mi dinero en el bolsillo y ya me pillaré el libro por DriveThruRPG.

Cada vez participo en menos mecenazgos en inglés con compañías estadounidenses. El tema de los gastos de envío es prohibitivo, pero es que la incertidumbre de si las aduanas añadirán aun más coste al pedido me desanima por completo. Sin contar con que los gastos de envío estimados a día de hoy pueden ser todavía mayores en el futuro. En fin, puede que Dolmenwood haya sido el último mecenazgo yanqui en el que he participado y en el que haya pedido libros físicos.

Ars Magica Definitive Edition (AMDE)

El otro mecenazgo aún no ha comenzado, pero es inminente: el 1 de octubre comienza la campaña para financiar la edición definitiva de Ars Magica. Los promotores son Blagdaross Ediciones, que vienen a ser Mario Donaire, Óscar Estefanía y Éric Álvarez. Mario y Óscar son los autores de Finis Terrae, el libro del Tribunal de Iberia que publicó Holocubierta cuando aún tenían los derechos del juego.

Creo que es muy interesante que leáis, antes de seguir, la entrevista que le han hecho a los editores en el blog Rol de los 90. Allí se responden a muchas dudas sobre esta edición y sobre el mecenazgo. Si no queréis hacerlo (buuuu, ¡vagos!) os resumo una serie de puntos interesantes:

  • La línea de Ars Magica se publica con una licencia Creative Commons. Lo que quiere decir que cualquiera puede crear y publicar suplementos para el juego. O el propio juego. Esto es interesante, porque Atlas Games, la empresa que tiene los derechos originales del juego, probablemente ya no va a publicar nada más para Ars Magica, y pasar la línea a una licencia libre es todo un regalo para la afición. Es decirles, «ahora el juego es vuestro; haced con él lo que queráis».
  • El libro tendrá una maquetación propia, unas ilustraciones nuevas y las mejores calidades posibles. Tendrá 600 páginas y costará 150€ en la campaña de mecenazgo. Es el libro ideal que quieren los autores. O casi, que algo han tenido que recortar para que la cosa salga.
  • Se podrá fraccionar el pago en cuatro cuotas, sin coste adicional (para el mecenas, que no para la editorial). Ciento cincuenta euros son muchos euros, pero 37,5 euros al mes parece que duele menos. Aún siendo lo mismo.

En la entrevista que os he enlazado se habla también de lo que va a incluir el juego, que es básicamente la quinta edición revisada y con añadidos de distintos suplementos de la línea. Por lo que comentan, identifico cosas que se incluyen en Casas de Hermes: Linajes Auténticos, por ejemplo, y veo que también se incluye un bestiario en condiciones, que es algo que siempre le ha faltado a los libros básicos de esta línea.

Creo que en este caso lo más doloroso es el precio. Soltar 150 euros por un libro es un castañazo al bolsillo que muy pocas personas se pueden permitir de una tacada. Ojo, que es lo mismo que cuestan los tres libros de D&D (más o menos) así que no es que sea la primera vez que nos venden un juego con ese precio. En realidad, es lógico que cueste esto, porque si quieres pagar a ilustradores, maquetadores, traductores y todos los involucrados un precio justo por su trabajo, y encima no te puedes permitir hacer una tirada de miles de ejemplares, sin duda eso es lo que cuesta. Es que creo que hemos perdido de vista en el mundillo del rol que estamos publicando libros en tapa dura, grandes como biblias, con más ilustraciones que un libro de fotos y unas calidades que se caga la perra. Es lo que estamos exigiendo, porque luego los libros más modestos, pequeñitos, con cuatro ilustraciones en blanco y negro y con vocación de ser manuales para jugar... se quedan en las estanterías de las tiendas. Si lo queréis bueno y bonito, no puede ser barato.

Por otro lado, esta es una edición de lujo. El libro básico de quinta edición publicado por Holocubierta todavía se puede comprar en tiendas, y la edición definitiva no es en cuanto a mecánicas muy distinta a la quinta edición. Si se quiere hacer una campaña de mecenazgo con un objetivo de 40.000 euros, un libro tremendamente grande y un coste de 150€ por mecenas... es que realmente es la idea de un trío de locos soñadores que quieren publicar una obra de arte. Si encuentran doscientos o trescientas personas que comparten ese sueño, lo lograrán y si no, pues no saldrá adelante. Desconozco si la tirada será lo suficientemente grande como para que lleguen más libros a las tiendas (lo normal es que se impriman libros adicionales), pero incluso si llega a las tiendas, creo que será complicado que lo adquiera alguien que no conozca el juego previamente. Es un mecenazgo para sacar una versión de lujo, pensado para fans del juego, en mi opinión. Y, como decía al principio, es legítimo usar una campaña de financiación para sacar adelante algo que de otro modo, no saldría.

¿Va a servir este mecenazgo como «empujón» para que Blagdaross pueda sacar luego otras cosas? Pues no lo sé. Lo dudo, porque me da la impresión de que, incluso si se recauda lo que se debe, no va a sobrar mucho dinero para sacar cosas adicionales en el futuro, así que igual el resto de libros que tienen planeados (muy interesante lo que comentan de sacar una caja de iniciación) también tiene que tirar de mecenazgo. Ni idea, no lo sé, no formo parte del equipo de esa editorial y no sé los cálculos que han hecho. Como siempre digo que la vida es ir tirando, yo diría que habría que apoyar este mecenazgo si de verdad quieres una edición de lujo de Ars Magica y el amor por el juego te lleva a apoyarlo.

En lo personal... me lo estoy pensando ;). Yo tengo la tercera edición de Kerykion, la cuarta de La Factoría, la quinta de Holocubierta (y también en inglés), y como yo que sé, docenas de suplementos. Me gusta mucho la pasión que le están poniendo en Blagdaross a su edición, pero sé que si la compro la abriré cuando llegué (puede que me tenga que ayudar alguno de mis chicos a levantarla del suelo, por el peso) y se irá directamente a la estantería. Porque yo hace ya muchos años que no juego a Ars Magica, y tengo todavía libros en la estantería pendientes de leer. Si me meto en el mecenazgo será por amor a un juego que me sigue pareciendo magnífico, pero no por ningún motivo práctico. Aún así, no todo en esta vida se tiene que hacer porque sea práctico o tenga sentido ;).

En cualquier caso, mucha suerte a Mario, Óscar y Éric.

Saludetes,
Carlos

13 septiembre 2025

El clérigo de D&D versus el sacerdote de RuneQuest

Mientras preparo mi partidita de Tenra Bansho Zero pero con hoplitas y tirremes en lugar de con japonesadas elevadas a la enésima potencia, he estado pensando en el tema de la religión y los personajes tipo sacerdotes que interpretamos en ocasiones en los juegos de rol.

El personaje tipo sacerdote más famoso de los juegos de rol sin duda es la clase de clérigo de D&D. No voy a hacer un estudio detallado de la evolución de este personaje a través de las ediciones, pero sí diré que inicialmente era una especie de mezcla de cruzado, cazador de vampiros y curandero. Muchos de sus hechizos mágicos están sacados de ejemplos de poderes, milagros y otras manifestaciones divinas de la Biblia; tienen poderes para enfrentarse a muertos vivientes (un tipo muy concreto de monstruo de D&D; y dispone de conjuros curativos que la otra clase con poderes mágicos, los hechiceros, no podían utilizar. A lo largo de los años, el clérigo ha ido cambiando, pero casi siempre se ha mantenido la idea de un tipo que combate más o menos bien, usa mazas y cura a los compañeros.

Curiosamente, lo que no por lo general no ha tenido mucho el clérigo ha sido un dios al que adorar. Vale, se supone que sí, que existen, y que cada director de juego o cada ambientación pondrá a disposición de los jugadores que interpretan al clérigo una serie de deidades a las que el personaje en cuestión sirve. Lo curioso es que se puede jugar con un clérigo perfectamente en D&D sin preocuparte en absoluto de ello. Vamos, que si quieres le pones nombre al dios o si quieres no, y en este último caso puedes incluso decir que el clérigo sirve «al Bien» y eso sería suficiente. De este modo, al final al clérigo de D&D no se le escoge habitualmente porque sea divertido interpretar a una persona devota de una deidad, sino porque «necesitamos un curandero». Es decir, por razones puramente de mecánica de juego.

Sin embargo, existe vida más allá de D&D en el mundo de los juegos de rol, y en otros juegos hay una visión distinta de este tipo de personajes. El ejemplo paradigmático de juego que hace énfasis en la religión es RuneQuest, sobre todo (pero no solo) en sus ediciones ambientadas en el mundo de Glorantha. Un personaje sacerdote en RuneQuest (o juegos derivados de él como OpenQuest o Mythras) no solo debe conocer a la deidad a la que adora, sino que sus capacidades en el juego dependen totalmente de ello. Si adoras a un dios del trueno, el sacerdote podrá invocar rayos del cielo, invocar a las nubes o controlar espíritus aéreos. Si adoras a una deidad cazadora, tendrá poderes para disparar mejor un arco, seguir rastros o sobrevivir en la naturaleza salvaje. Aunque existen en RuneQuest conjuros/poderes comunes a todos los sacerdotes, son los conjuros específicos de una deidad lo que le da su carácter especial a cada tipo distinto de sacerdote.

Sin embargo, aunque en RuneQuest los sacerdotes estén mejor definidos que en D&D creo que lo más importante no son los poderes que tenga un personaje, sino para qué los usa. En D&D los personajes básicamente recorren mazmorras, se cargan a monstruos y recuperan tesoros. Sí, sí, sé que esto no es lo único que puede jugarse en D&D, pero es la aventura por defecto del juego, y ojo, que es algo divertido, no lo digo como algo negativo, sino como una definición. En ese contexto, los clérigos son un tipo más de personaje que proporciona un tipo de herramientas concretas para superar ciertos tipos de desafíos concretos.

En RuneQuest en cambio se busca algo distinto. Ojo, siempre ha existido la posibilidad de jugar también mazmorreo con RuneQuest, pero es un juego bastante más letal en sus mecánicas de combate y trata de definir mucho mejor la cultura y la religión de los personajes. La aventura típica en RuneQuest puede tener también monstruos y tesoros, pero las aventuras realmente buenas de RuneQuest se centran en proteger a una comunidad concreta a la que pertenecen los héroes de un enemigo que la amenaza, probablemente con algún trasfondo mítico.

Es cierto que D&D tiene unas mecánicas muy apropiadas para la exploración de mazmorras y que RuneQuest puede que no tenga las mejores mecánicas para representar la definición y protección de una comunidad. Yo diría que en ese sentido, RuneQuest surgió como una respuesta a D&D (como muchos otros juegos que surgieron en los 70 y principios de los 80) pero todavía no disponía del conocimiento sobre los juegos de rol suficientes como para alejarse aun más de la estructura de D&D (por ejemplo, ambos juegos definen una serie de características comunes como Fuerza, Destreza o Inteligencia para definir a los personajes). A lo largo de los años ha habido en RuneQuest una tensión entre lo que es la mecánica fundamental del juego (características, habilidades porcentuales, combate por turnos, etc.) y el tipo de aventura que quieren promover (centrada en la comunidad, con presencia de seres míticos y heroicos, guiados por pasiones, etc.). Pero al menos, intentan ofrecer otra cosa.

Utilice mejores o peores herramientas para ello, RuneQuest busca que el sacerdote esté integrado en la cultura a la que pertenece el personaje jugador. De hecho, los personajes que no son hechiceros o sacerdotes en este juego también disponen de magia y también pueden adorar a dioses o espíritus que les proporcionan dicha magia. Y al tener dioses y espíritus a los que servir o más bien a los que adorar y de los que recibir a cambio ayuda mágica, los personajes no pueden evitar verse arrastrados a conflictos religiosos o culturales. Esa tensión es algo que no puede ignorarse en un juego en el que las religiones tienen un papel preponderante, porque una religión al final no deja de ser un aspecto de una cultura.

Al fin, creo que el clérigo de D&D puede no adorar a ningún dios porque sus aventuras tienen lugar lejos de la civilización, en lugares perdidos y salvajes, en ruinas olvidadas. Toda una campaña de D&D puede tener lugar lejos de los humanos, metidos por ejemplo en un megadungeon en el que no hay necesidad de interactuar con nadie. La familia de un aventurero de D&D no suele tener la más mínima importancia. Un sacerdote de RuneQuest sirve a una comunidad. En el juego se especifica que dedica el 90% a trabajar para una comunidad que, a cambio, lo mantiene, alimenta y protege. No puedes ignorar a la gente que vive contigo en juego basado en comunidades, culturas y religiones. O puedes hacerlo, pero entonces, ¿para qué juegas a RuneQuest y no a D&D?

He puesto el ejemplo de D&D y RuneQuest para contraponer dos estilos de juego, pero seguro que hay muchos otros ejemplos en otros juegos que se pueden utilizar. Creo que lo que realmente me llama la atención es que ser un guerrero, un ladrón o incluso un mago se puede ser de modo individual, sin demasiadas conexiones con más gente, porque todos hemos leído o visto historias sobre personajes solitarios que corren aventuras extraordinarias en lugares ignotos. Pero un sacerdote es un servidor de una comunidad, una persona por completo implicada en el día a día de un grupo de personas. Quizá podamos pensar como contraejemplo en ermitaños o santones, que son gente solitaria y que no suele servir a una congregación, pero creo que son los menos. Un sacerdote es una persona tan asociada a una comunidad que me resulta extraño visualizarlos como héroes solitarios que se van a lugares remotos, lejos de la gente para los que actúa como canal de comunicación con una deidad. Me cuadran mucho más como personajes apropiados para juegos en los que los personajes estén mucho más integrados en una comunidad/cultura concreta.

Saludetes,
Carlos

06 septiembre 2025

Tesoros escondidos en sistemas de juego

Este mes tengo dos partidas de rol programadas con dos grupos de juego distintos. En un par de semanas voy a comenzar una partida de Sombras Urbanas para mi hija, su novio y unos cuantos amigos suyos, gente que rondan los 19-20 años. Les veo bastante ilusionados con la idea de interpretar a vampiros, magos y hombres lobo en una versión oscura de nuestro propio mundo. Luego habrá que ver si logro que continúen jugando más allá de tres o cuatro partidas, que me conozco yo a los adolescentes ;). Pero bueno, será divertido jugar con gente que no conozco mucho y que no han jugado antes a juegos de rol, y a lo mejor al menos a uno o dos de ellos les pica el gusanillo.

La segunda partida es con mi grupo de juego habitual, y con ellos voy a probar el sistema de Tenra Bansho Zero, pero sustituyendo la ambientación hiperasiática original por mi mundo inventado de Aelios, que podríamos asemejar a una tierra de la Antigüedad clásica o, siendo sinceros, a un pastiche gloranthano ;).

No dirijo directamente en la ambientación de TBZ porque nunca he sido muy fan del mundo japonés. Bueno, maticemos; sí me gustan muchas cosas de la cultura japonesa (sobre todo de la cultura friki japonesa), pero nunca he llegado a profundizar demasiado en cosas como manga, anime o su estilo de vida. Disfruto como el que más de las películas del Studio Ghibli y hace poco me he visto entero (y con gran regocijo) el remake de Ranma 1/2 de Netflix, pero me siento más cómodo en otro tipo de mundos de fantasía.

Si voy a dirigir Tenra Bansho Zero no es por el mundo de juego, sino por el sistema, que ya os comenté en la reseña que os he enlazado antes que me ha sorprendido muy gratamente. Veremos cómo me funciona en la mesa de juego, porque no sería la primera vez que un sistema me parece genial sobre el papel pero luego no me funciona en mesa (ver HeroQuest pudo conmigo, una entrada escrita hace 16 años de nada). Tengo más esperanzas con TBZ porque me lo han recomendado con bastante entusiasmo una serie de aficionados al rol en cuyo criterio confío, y que no se han limitado a leer el libro, sino que han dirigido muchas partidas.

Veremos qué tal se me da; ya os contaré.

Os cuento esto porque hay una mecánica en Tenra Bansho Zero que casi se me pasa desapercibida y resulta que es determinante para gran parte de la diversión de la partida: la matriz de emociones. Esta es una tabla de 36 resultados (6x6) en la que se obtiene de forma aleatoria la primera impresión que tiene un personaje importante de otro cuando ambos se conocen, normalmente en las primeras escenas de juego. Por ejemplo, dos personajes jugadores coinciden en un camino porque ambos se dirigen a buscar a un maestro forjador de espadas, y deciden viajar juntos por mayor seguridad (esto sería una escena típica del juego). Lo primero que deberían hacer es tirar en la matriz de emociones para ver qué opinan el uno del otro, qué impresión se causan. Quizá uno de ellos sienta desconfianza por su compañero y el otro, en cambio, sienta un repentino enamoramiento.

El juego deja claro que esta es la impresión inicial. Se puede convertir esta emoción en un apego (una especie de pasión con efectos mecánicos en el juego) o no, y desde luego, esta impresión puede ir cambiando a lo largo de la partida, a medida que las acciones de unos y otros van modificando la relación entre personajes. La matriz de emociones se usa con los PJ y los PNJ importantes que van apareciendo en la narración, y va dirigiendo en gran parte la partida. Como me ha dicho uno de los directores de juego veteranos cuando les he pedido consejos para dirigir TBZ: «No sobreprepares. La aventura se formará realmente cuando se tire en la matriz de emociones, en mi experiencia»

Y decía antes que me resultaba curioso que la matriz de emociones sea tan importante para el desarrollo de una partida de TBZ, porque no parece ser una mecánica que destaque excesivamente en las reglas. De hecho, en un libro de más de 500 páginas, la mecánica de la matriz se explica (con unos cuantos ejemplos de su uso) en apenas cuatro o cinco páginas. También es cierto que TBZ es un libro muy gordo, pero la mayoría de las reglas se explican en apenas un 20% del juego.

No digo que la matriz de emociones sea lo más importante del libro, pero sí me llama la atención que haya veteranos del juego que me digan que es algo tan fundamental para que una partida se desarrolle de un modo u otro. De ahí el título de esta entrada y la referencia a tesoros escondidos en sistemas de juego. En ocasiones, los juegos de rol esconden mecánicas que en apariencia no parecen muy importantes o significativas, pero en la práctica sí que pueden ser una parte fundamental de la experiencia de juego, o una herramienta con mucha más utilidad de la que se podría adivinar en una primera lectura.

Se me ocurren otros ejemplos de mecánicas sorprendentemente útiles escondidas en párrafos no muy destacados de las reglas:

  • La tabla de reacción de D&D. Esta es bastante famosa en el mundillo de la OSR (el D&D viejuno, simplificando mucho). La regla es que una vez el grupo de aventureros se encuentra con otros seres en la mazmorra o las tierras salvajes y no está claro cómo van a reaccionar estos, se tira en una tabla con 2d6 y el resultado puede ser «Amistoso», «Neutral», «Hostil», etc. En apariencia, una cosa muy poco importante, pero en la práctica, bastante útil. Porque da la impresión de que si un grupo de aventureros están explorando un castillo en ruinas y se encuentran un grupo de trasgos, lo suyo es empezar a tirar iniciativa y preparar las espadas, los arcos y las bolas de fuego. Pero, ¿y si se tira en la tabla de reacción y el resultado es «Amistoso»? Quizá el líder orco levanta las manos en son de paz y les propone un trato a los personajes jugadores, quizá para enfrentarse a un enemigo común. En las reglas se indica que no siempre hay que tirar en la tabla, y lo normal es que las reacciones sean neutrales, pero se puede dar el caso de que no lo sean, y cuando son amistosas, de repente explorar una mazmorra también tiene su componente de negociación, de crear alianzas con facciones de habitantes del lugar, etc. En el mundillo de la OSR, la tabla de reacción es casi la base de todo el entramado social y de «facciones enfrentadas» del juego.
  • El sistema de fabricación de objetos de Mythras. Perdido en apenas un par de páginas al final de una sección de habilidades del libro de reglas de Mythras hay un sistema de fabricación de objetos que básicamente consiste en ir realizando tiradas de una habilidad como Fabricación (forja) para ir creando una espada. El director de juego establece un tiempo de fabricación y exige una serie de tiradas de la habilidad, por ejemplo, una por semana. Dependiendo de si la tirada es un fallo, un éxito o un éxito crítico, el trabajo va avanzando más o menos rápido. O puede malograrse por completo si se saca una pifia. Esta regla, que no es que tenga la más mínima importancia durante una aventura, fue el germen de los conflictos extendidos que se han desarrollado posteriormente en el Companion de Mythras o en el juego M-Space. De hecho, es la base fundamental del juego Comae Engine. Y es que realizar tiradas separados en el tiempo, cuyo éxito o fracaso determina el avance de un proyecto, sirve para crear una espada, pero también para seducir a una persona, ganar un debate o simular una competición deportiva.
  • La tabla de acontecimientos en festejos de Pendragón. En el suplemento Caballeros aventureros de la tercera edición de Pendragón hay un pequeño capítulo dedicado a las fiestas en el mundo medieval. Además de decirte qué comían los nobles y cómo se entretenían antes y después del banquete, el capítulo incluye una pequeña tabla para que los personajes tiren en ella y determinen de forma aleatoria cómo les ha ido en la fiesta. Pueden terminar participando en una competición de bebedores (con tirada del rasgo de personalidad Sibarita y posible marca de experiencia), teniendo la oportunidad de declamar poesía (con tirada de la habilidad de Oratoria y posible marca de experiencia) o incluso encontrar a una dama con la que pasar la noche (con tirada de nacimiento de hijos y la posibilidad de tener un hijo bastardo el año siguiente). Hay más resultados de la tabla, y los personajes pueden hacer varias tiradas si quieren, dependiendo del tamaño de la fiesta. Esta tabla, que en apariencia no es muy importante, se convirtió en una de las preferidas de mis jugadores. Estaban siempre deseando ver cómo les iba a sus caballeros en las fiestas de los nobles, no solo por las marcas de experiencia que podían conseguir, sino por las historias que se generaban y la diversión intrínseca de tirar a ver qué pasaba. En la quinta edición del juego se publicó un suplemento llamado Book of Feasts que ampliaba esta tabla y creaba todo un subsistema de juego para usar en las fiestas, y en la sexta edición actual creo (lo tengo pendiente de lectura) que hay una versión revisada en el propio libro del director de juego. Un buen ejemplo de que el sistema no le parecía divertido solo a mis jugadores.
  • El mapa de Magissa. Durante muchos años he dirigido una partida de Magissa para mis hijos y varios de sus amigos, durante los veranos y vacaciones de Semana Santa que pasamos en el chalet que tienen mis padres desde hace años. Hemos jugado al juego incluso cuando aun no estaba publicado, gracias a que la autora me pasó una versión previa. Las mecánicas son sencillas y las partidas han sido muy divertidas, pero lo que más útil me ha resultado de todo lo que viene en el libro ha sido un mapa hexagonal de la región que rodea al pueblo donde viven los personajes jugadores. Este mapa muestra bosques, ríos, carreteras, lagos, pueblos y fortalezas. No hay ninguna descripción de los lugares indicados en el mapa en todo el libro, más allá de un mapa del pueblo principal que sirve de base de operaciones a los jugadores. Pero simplemente los nombres de los lugares me han servido como inspiración para muchas, muchísimas aventuras. Con poner a los personajes a viajar de un sitio a otro y preguntarme qué es lo que puede haber en el monasterio en ruinas o en el Lago Espejo he creado aventuras enteras, o al menos la escena inicial, sin necesidad de nada más.

Una de las cosas más interesantes de todas estas pequeñas reglas es que:

  • No suelen ocupar mucho espacio. El mapa de Magissa son dos páginas. La tabla de reacción D&D o la de festejos de Pendragón, apenas una columna de texto en una página. Si son tesoros escondidos es porque realmente no ocupan mucho en un libro y pueden llegar a pasar desapercibidos.
  • No se suele destacar su utilidad de forma explícita. La tabla de reacción de D&D no indica que se pueda usar como base para todo el sistema de facciones enfrentadas de monstruos en un dungeon. Si se dice en Mythras que el sistema de fabricación se puede usar para recrear conflictos extendidos, desde luego no es algo que destaque mucho. La utilidad de estos tesoros se suele manifestar una vez juegas un montón de partidas, cuando te das cuenta de que una y otra vez terminas volviendo a esa regla determinada y la utilizas mucho más de lo que pensabas que lo harías cuando te leíste el juego.
  • En ocasiones, se expanden en suplementos o incluso juegos derivados. Los auténticos tesoros escondidos suelen tener expansiones en forma de suplementos o juegos, porque son útiles y a veces se puede explorar el concepto mucho más de lo que se hace inicialmente en las reglas. Como ya he comentado, Comae Engine es básicamente un sistema de conflictos extendidos que surge de las reglas de fabricación de Mythras, y una pirámide de habilidades con las que definir a un personaje.
  • Muchas veces es sencillo usar la regla en otros juegos. No hay ningún tipo de problema para adaptar la matriz de emociones de TBZ, la tabla de reacción de D&D o el sistema de fabricación/conflictos extendidos de Mythras a otros juegos de rol. Aunque siempre habrá una mínima adaptación que llevar a cabo, el concepto suele ser sencillo de exportar, y en ocasiones puede llegar a convertirse en una mecánica popular en otros juegos, como le pasó en su momento a los Aspectos de FATE, que inicialmente eran poco más que un modo de definir mejor a un personaje en FUDGE.

Obviamente, no siempre estas reglas serán tan útiles para un grupo como para otro. Y puede que algunos incluso las pasen por alto por completo, precisamente porque ocupan poco en los libros y no destacan. Pero si una de estas reglas aparece después de forma expandida en un suplemento o en discusiones en blogs, foros, redes sociales o donde sea que discutan los frikis en un momento dado, cabe la posibilidad de que sea uno de esos tesoros escondidos en los juegos de rol.

¿Y vosotros? ¿Conocéis reglas poco destacadas en un juego de rol pero que luego den mucho juego en vuestras propias partidas? Estoy deseoso de encontrar más ejemplos :).

Saludetes,
Carlos

31 agosto 2025

Los 25 libros que me han marcado

Hace cosa de tres semanas se popularizó en Mastodon la idea de publicar los 25 videojuegos que nos habían marcado a cada uno. Yo, como no soy mucho de videojuegos, decidí publicar en su lugar los 25 libros que más me habían influenciado con el paso de los años. Sí, sé que no es lo que se pedía pero tampoco es que estuviera haciendo nada ilegal ;).

El listado se organizaba usando una herramienta de una web llamada Topsters, que al parecer originalmente estaba pensada para crear listados de canciones o álbumes preferidos, pero que en su actual encarnación permite añadir juegos, libros o películas, además de canciones. Yo rellené mi cuadrícula lo mejor que pude y el resultado fue este:

En algunos casos tuve que tirar de portadas en otros idiomas o de aproximaciones a lo que yo estaba buscando, pero creo que el resultado es bastante exacto. Veréis que junto a auténticos clásicos de la literatura (ejem, de la literatura de aventuras) se han colado también cómics, librojuegos y juegos de rol. Qué le vamos a hacer. Aunque me he reído mucho leyendo El Quijote y he flipado con libros de Unamuno, Cela o Gabriel García Márquez, lo cierto es que mi pasión son los libros que hablan sobre mundos fantásticos, magia, ciencia-ficción y otros géneros considerados menores. Yo no creo que lo sean y lo cierto es que me importa poco lo que se opine de ellos. Creo que todos llegamos a una edad en la que descubrimos que lo que nos gusta, nos gusta, y que no es necesario justificarlo en modo alguno.

Sin más preámbulos, un pequeño comentario sobre cada libro (o saga):

1. La Ilíada / La Odisea, de Homero

Hago trampa porque pongo los dos libros juntos, pero bueno espero que me permitiréis la pequeña transgresión ;). Pongo como autor a Homero, aunque sea dudoso que una única persona fuera la creadora de ambos poemas épicos. En ese sentido, disfruté mucho de la lectura de La hija de Homero, de Robert Graves, que plantea una explicación alternativa a quién pudo escribir La Odisea (me encanta Robert Graves, aunque se lo invente todo).

La Ilíada nos habla del final de la guerra de Troya entre los aqueos y los troyanos, centrado en la cólera de Aquiles, el mayor héroe aqueo, que deja de combatir porque Agamenón, el principal rey aqueo, le ha quitado a una esclava. La Ilíada es como una historia de superhéroes: aqueos y troyanos se matan unos a otros con lanzas, espadas y/o a pedradas. Los dioses aparecen y también reciben palos por parte de los héroes. Los protagonistas son violentos, egoístas, traicioneros, y luchan por ser los mejores para que su nombre se recuerde siempre. ¿Quién es más poderoso, un hijo de Zeus o un nieto de Zeus, enfrentados en batalla singular? En este poema puedes averiguarlo. Yo recuerdo haber leído una versión en prosa y haberla disfrutado mucho. Es una parte fundamental de la cultura occidental.

La Odisea es la historia del regreso a casa de Odiseo (también conocido como Ulises), uno de los aqueos que combatió en la guerra de Troya. Odiseo es mi héroe griego favorito, tan astuto y taimado que podía pensar una cosa y expresar con su cara otra distinta. El más humano de todos los héroes, un marinero en busca de Ítaca, en la historia fundacional del eterno regreso al hogar. Confieso que la Ilíada me parece una narración más redonda, pero Odiseo me gusta más como protagonista, y todo lo que le sucede en su retorno al hogar me parece una gran novela de aventuras fantásticas.

2. El infinito en un junco, de Irene Vallejo

Una oda de amor a la literatura con la que la autora nos habla de la invención del papiro y de los propios libros. La historia se presenta en forma de ensayo, y está centrada en Egipto, Grecia y Roma, pero también está salpicada de pequeñas narraciones inventadas y de anécdotas de la vida de la propia autora, una apasionada de los libros. Lo disfruté de principio a fin y lloré leyendo su último párrafo. Creo que para cualquier persona a la que le gusten los libros es una lectura imprescindible. Escribí una reseña de El infinito en un junco poco después de terminar de leerlo.

3. Aníbal, de Gisbert Haefs

Si no fue la primera novela histórica que me leí, desde luego fue la primera que me impresionó e hizo que me enamorara de la Antigüedad (me gusta el concepto de que el mundo ya era antiguo en la Antigüedad). Todo el libro se centra en las peripecias de la vida del general Aníbal el cartaginés y de su lucha de décadas contra la República de Roma (la Segunda Guerra Púnica), contadas desde el punto de vista del médico personal de Aníbal.

Le cogí bastante manía a los romanos leyendo este libro, aunque estrictamente hablando, los cartagineses tampoco eran hermanitas de la caridad. Recuerdo especialmente un párrafo en el que uno de los cartagineses habla sobre lo que sus espías conocen de un país remoto, porque da una idea de cómo podía ser la política en aquellos tiempos, y de cómo hace más de dos mil años los humanos ya sabían mucho del ancho mundo. La logística de la guerra, las batallas y el enfrentamiento entre dos formas de ver el mundo me fascinaron. Se qué es una novela histórica y que gran parte de lo escrito son las opiniones del autor, pero es que está muy bien escrita. Me gusta mucho la fantasía ambientada en un mundo pseudo-medieval, pero creo que Aníbal es la causa de que la fantasía pseudo-clásica me guste aún más.

4. El Hobbit, de Tolkien

Una historia de fantasía en la que un hobbit parte en compañía de un mago y un grupo de enanos a recuperar el tesoro de un dragón. Creo que a estas alturas de la vida las películas han popularizado un relato que ya era popular anteriormente, así que no os descubro nada nuevo. Yo me leí este libro después de El Señor de los Anillos, aunque es un relato anterior del que El Señor de los Anillos es una continuación, aunque esta última terminara siendo una obra mucho más profunda y ambiciosa. El Hobbit me sigue pareciendo un cuento maravillosamente contado. Nadie sabe describir la maldad y astucia de los dragones como Tolkien, algo que se puede apreciar también en su cuento Egidio, el granjero de Ham.

Curiosamente, el mundo que se describe en El Hobbit no es del todo similar al de El Señor de los Anillos. Es más infantil, distinto, más desenfadado. De hecho, Tolkien tuvo que editar una versión revisada del libro original para que encajara mejor con la historia más compleja de El Señor de los Anillos. Es una obra que se lee muy rápidamente, y bastante divertida. Por supuesto, también es el origen de Gandalf, el arquetipo de mago sabio del que todo el resto de magos sabios de la literatura posterior son deudores, y un personaje fascinante por méritos propios.

5. El Señor de los Anillos, de Tolkien

Cuando a Tolkien su editor le pidió que creara un segunda parte de El Hobbit el primer impulso del autor fue hacer que a Bilbo, el protagonista del primer relato, se le acabara su parte del tesoro del dragón y tuviera que volver a salir de aventuras. Pero pronto la narración se fue enriqueciendo, cambiando y complicando, y el resultado fue una obra cumbre de la fantasía moderna. Digamos que obra fundacional de la fantasía moderna. Una historia de un viaje para terminar con un objeto maldito y, de paso, restaurar un reino.

El modo en el que yo me leí esta historia fue tortuoso. Lo primero que yo vi fue la película de Ralph Bashki... que deja la historia inacabada, más o menos a la mitad de la segunda parte. Después saqué justo el segundo libro de la biblioteca y me enteré más o menos de la mitad de lo que leí (no había un resumen del primer libro en ninguna parte). Luego por fin pude pedir prestados los tres libros de la trilogía y me los volví a leer todos desde el principio. Todo esto con unos catorce o quince años, que es cuando tienes que engancharte a estas cosas ;).

La prosa de Tolkien me relaja. Tiene una cadencia de la que disfruto. Hay quien dice que es aburrida o que se tira capítulos enteros describiendo un árbol. Y, aunque eso último no sea verdad, ¿no merece algo tan maravilloso como un árbol que le dediquen un capítulo entero? Solo podría pensar lo contrario una persona que ha sustituido su mente, y su corazón, por el de una máquina.

6. 20.000 leguas de viaje submarino, de Julio Verne

Julio Verne me fascina desde niño. Mis padres compraron a través de la editorial Círculo de Lectores toda una colección de grandes novelas de aventuras, que incluían muchos libros de Verne, y aunque es cierto que sus personajes protagonistas suelen ser gente muy plana, sin matices, la imaginación de Verne y su extrapolación de lo que la inventiva humana y la ciencia podían lograr era sumamente inspiradora.

El libro de Verne que más veces he leído es 20.000 leguas de viaje submarino, la historia de un misterioso ser que está hundiendo buques por todo el mundo y que resulta ser un submarino gobernado por el misterioso Capitán Nemo (¡Nemo! ¡Como el nombre que Odiseo le da a Polifemo, y que significa «Nadie»!). Recuerdo que casi siempre me saltaba un capítulo en concreto en el que se hablaba de las especificaciones técnicas del Nautilus, el submarino del Capitán Nemo. Pero disfrutaba de leer una y otra vez sus viajes, sus descubrimientos o los peligros que acechaban bajo las olas.

7. La isla del tesoro, de Robert Louis Stevenson

Un joven encuentra un mapa del tesoro y se organiza una expedición a la isla donde está enterrado. Aventura en estado puro en un libro sorprendentemente corto; la última vez que lo releí estaba en el pueblo de mis suegros y creo que tarde una tarde o dos en terminarlo. Al parecer, en contra de la tendencia moderna, no hacen falta cinco mil páginas para contar una historia fascinante y emocionante ;).

Lo mejor de este libro es que de pequeño te identificas con el protagonista, el joven grumete que se embarca en una aventura marina. Y, a medida que te haces mayor, le vas cogiendo cariño al viejo y despiadado pirata que busca la forma de dar un último golpe que le haga rico, cerca del ocaso de su vida. Está claro que la vida pirata es la vida mejor ;).

8. El corsario negro, de Emilio Salgari

Emilio Salgari escribió muchas novelas de aventuras, pero a mí la saga del misterioso Corsario Negro me fascinaba. El hermano de los fallecidos Corsario Rojo y Corsario Verde surcaba las aguas del Caribe junto a su segundo, Morgan, y a toda su variopinta tripulación, saqueando ciudades y hundiendo barcos, siempre en busca de su venganza. Era una saga de libros de aventuras de los que leí al menos otra. Me encantaba además que salieran como compañeros del corsario negro piratas reales (como Henry Morgan o el Olonés).

Si ya en La isla del tesoro te enamoras de las aventuras marítimas en la edad clásica de la piratería, con las aventuras del Corsario Negro la identificación con los piratas era mucho mayor, porque eran los protagonistas totales de la historia. Una historia que incluía la ciudad pirata de la isla de Tortuga, asedios con ejércitos de piratas a ciudades y todo tipo de grandes aventuras. Me tiré muchos años jugando a ser un pirata junto a mis hermanos y primos gracias a estos libros, incluso antes de descubrir lo que eran los juegos de rol :).

9. La llamada de Cthulhu, de Lovecraft

El relato más famoso de los «mitos de Cthulhu», escritos por Lovecraft y otros autores amigos suyos y herederos de su legado, es La Llamada de Cthulhu, en el que el protagonista investiga las andanzas de un extraño culto que adora a un dios que se les aparece en sueños a sus sectarios: el misterioso Cthulhu.

Empecé a leer relatos de terror de Lovecraft y otros autores de novelas pulp gracias a antologías que sacaba de la biblioteca pública de mi pueblo, Coslada. Eran libros que en algunos casos me ponían los pelos de punta, pero que no podía evitar leer. Es cierto que comencé a leerlos después de saber que existía el juego de rol La llamada de Cthulhu, traducido por Joc Internacional a finales de los 80. Creo que no se puede minusvalorar lo que este juego de rol ha hecho por popularizar estos relatos en la imaginería popular.

Ahora tenemos a Cthulhu hasta en la sopa, y parece que el dios primigenio y sus congéneres son la salsa de todos lo guisos. Pero creo que los relatos originales, ambientados en pueblos inventados como Innsmouth, Arkham o Dunwich, siguen siendo muy buenos, y merece la pena leerlos.

10. Cuentos de un soñador, de Lord Dunsany

Cuentos de un soñador es un grupo de relatos cortos escritos por Lord Dunsany y que tratan de fantasía en estado puro: tierras ignotas y antiguas, las mismísimas tierras del sueño, e historias en la que los dioses luchan contra su viejo enemigo, el Tiempo. De los relatos incluidos en esta pequeña antología mi preferido es Días tranquilos en el Yann, una historia en la que un soñador viaja en una barcaza por el río Yann. Es un relato de ambiente onírico y, en ocasiones, numinoso. Para mí tiene una gran conexión con el verano, y suelo leerlo cuando comienza a llegar el calor, todos los años ;).

Descubría a Lord Dunsany a partir de un relato de Lovecraft, también ambientado en las Tierras del Sueño, llamado La búsqueda en sueños de la ignota Kadath. Lovecraft no estaba muy orgulloso de ese relato, pero a mí me gusta mucho. Y después de leerlo me enteré de que estaba inspirado en los cuentos de Dunsany y llegué a él a través de las diversas antologías que he ido comprando. Ursula K. Le Guin dijo en una ocasión que todo escritor de fantasía intenta siempre imitar a Dunsany cuando intenta escribir. No lo dice como un halago, pero no porque Dunsany sea malo, sino porque es bastante inimitable.

11. Fundación, de Isaac Asimov

Del mismo modo que leí muchos relatos de horror sacados de la biblioteca municipal, leí también mucha ciencia ficción clásica, incluyendo, claro está, las novelas de Asimov.

De todos los cuentos y relatos de Asimov, yo disfrutaba sobre todo de la saga de la Fundación, esa institución que predice el futuro gracias a la psicohistoria, una disciplina desarrollada por Hari Seldon. Merced a la psicohistoria, Seldon predice con exactitud que el Imperio Galáctico va a colapsar y establece la Fundación como un instituto que evite que la edad oscura subsiguiente dure mucho más de mil años. Me leí Fundación, Fundación e Imperio, Segunda Fundacion..., prácticamente todo. Recuerdo con especial cariño Preludio a la Fundación, que se centra en las aventuras del joven Hari Seldon en Trantor, la capital del Imperio, cuando aun está inventando su disciplina de la psicohistoria.

Asimov tiene fama de ser más un escritor de grandes conceptos antes que de grandes personajes (quizá un poco como Verne). Pero es que los conceptos que trabajaba a mí me parecían muy interesantes: Yo, Robot, El fin de la Eternidad, etc. Ciencia ficción clásica de la Edad de Oro de la ciencia ficción :).

12. Dune, de Frank Herbert

Frank Herbert me voló la cabeza con Dune. Su visión del futuro, de las drogas psicotrópicas, de la política, del mesianismo y, sobre todo, de lo que debería hacer la humanidad para no extinguirse, me tuvo años fascinado. El primer libro me parece magistral, centrad como está en el planeta desértico de Arrakis, la única fuente de la especia que permite (entre otras cosas) el viaje interestelar. Todos los que escribió él me gustan, aunque siempre he dicho que con que leas hasta Dios-Emperador de Dune es suficiente para obtener la experiencia completa que Herbert nos quería transmitir sobre el futuro. Los otros dos que escribió están bien pero me da la impresión de que quedan inacabados, y el intento de su hijo de finalizar la saga no me gustó demasiado. Es más, me parecieron un poco un rollo xD.

13. La serie de La Cultura, de Iain M. Banks

La Cultura es una sociedad interestelar futurista totalmente transhumanista, en la que los futuros humanos comparten su civilización con máquinas hiperinteligentes, las llamadas Mentes. Es muy curioso, porque en muchos sentidos las Mentes parecen más humanas (y divertidas) que los propios humanos. El primer libro de la colección, Pensad en Flebas, no me gusta demasiado, y estuve a punto de no seguir leyendo los otros libros. Pero El jugador, El uso de las armas o Excesión me parecen obras maestras. La escala enorme de los conflictos en juego, la audacia de su visión del futuro y el humor que se respira en los relatos me parecen increíbles. Prácticamente todo lo que he leído de Banks me ha gustado... menos Pensad en Flebas xD.

14. El sulfato atómico, de Francisco Ibáñez

La primera historia «larga» de Mortadelo y Filemón sigue siendo para mí la mejor de Ibáñez. El dibujo es magnífico y la ropa jamás volverá a dibujarse con tanto detalle como en este álbum, por poner un ejemplo. Ibáñez se repitió mucho en futuros álbumes, pero en este está todo. Si solo lees un álbum de Mortadelo, lee este. Seguro que le costó mucho tiempo terminarlo, y esa puede ser la razón de que en otros álbumes el dibujo se simplificara en muchos aspectos; cantidad antes que calidad. En otro mundo, Ibáñez podría hacer publicado menos pero publicado mejor. Pero qué le vamos a hacer.

Yo me crié leyendo Mortadelos. Ibáñez produjo ingentes cantidades de páginas. Me alegro de que en los últimos álbumes apareciese ya el nombre de las personas que acababan sus dibujos (ver Los autores apócrifos de Mortadelo y Filemón...).

15. Historias del bosque, de Tony Wolf

Una serie de seis álbumes de cuentos para niños escritos e ilustrados por Tony Wolf, pseudónimo de un dibujante italiano. Me hacía mucha gracias que el primer álbum se llmara (en español) Historias del Bosque, el segundo Historias del Bosque y de Gnomos, el tercero Historias del Bosque y de Gnomos y de Gigantes, etc. El sexto libro tiene un título muy largo xD.

Supongo que será una de las obras menos conocidas de este listado, pero para mí fue muy influyente. Las cosas que nos impresionan de niños nos impresionan para toda la vida. Creo que si me gusta el concepto de bosque encantado, de hadas, gnomos, dragones y animales parlanchines, es por estos seis libros.

16. Astérix el galo, de Goscinny y Uderzo

De todas las colecciones de comics franceses y belgas que existen, disfruté mucho de Tintín, los Pitufos o Lucky Luke, pero mí preferido siempre fue Astérix el Galo, y de sus aventuras en la Galia ocupada por Julio César.

Estoy seguro de que me perdí el sentido de muchos chistes que no se podían traducir si no conocías la sociedad francesa a cuyo contexto pertenecían, pero yo disfrutaba (y disfruto) de los uniformes de los legionarios romanos, de los trajes de los distintos pueblos que visitan Astérix y Obélix, de los planos de las ciudades, de los paisajes y del dibujo en general. Los guiones me gustan también, sobre todo los primeros, con el guionista original.

Supongo que Astérix tiene tanto peso como Aníbal, de Haefs, a la hora de explicar por qué me gusta tanto la Antigüedad clásica ;)

17. Superlópez, de Jan

Los primeros álbumes de Superlópez me encantan, cuando el dibujante aún colaboraba con el guionista Efepé y luego, en sus primeras historias en solitario. Mis historias preferidas son La Caja de Pandora, El Señor de los Chupetes, La Gran Superproducción y Los Alienígenas. Los Cabecicubos debería ser lectura obligada para cada nueva generación.

Los últimos álbumes ya no me gustaban tanto, aunque como Astérix, siempre estuvieron muy bien dibujados. A Jan se le ha criticado en muchas ocasiones que las aventuras y el humor de los primeros álbumes se han ido perdiendo con el paso de los años, y no me quiero unir al coro de los odiadores profesionales. Seguro que hay grandes historias de Superlópez a lo largo de la larga historia del personaje, pero a mí los primeros álbumes es que me parecen excepcionales.

18. Conan el Bárbaro, cómics de Roy Thomas basados en el personaje de Howard

Yo conocí a Conan por los cómics de Marvel antes de ver sus películas o leer los relatos originales de Howard, así que mi visión del personaje está más influenciado por lo que hizo el guionista Roy Thomas en los setenta que por los propias novelas originales.

Con el tiempo llegué a conseguir tener la colección completa de los primeros 100 cómics guionizados por Roy Thomas y dibujados por Barry Windsor-Smith y John Buscema, en una edición publicada por Fórum en la que se incluyen comentarios del guionista sobre cada una de las grapas. Me gusta mucho leer el proceso creativo de Thomas a la hora de desarrollar cada cómic, y creo que es interesante incluso para ver cómo funcionaba la editorial Marvel en los años 70 y 80.

19. Las Cavernas del Terror, de Rose Estes

En los años 80 existió una fiebre entre los chavales del colegio: los librojuegos. Libros en los que tú decidías cómo avanzaba la historia, escogiendo entre las distintas opciones que te indicaba el libro.

La colección más famosa y vendida era la de Elige tu propia aventura pero el primer libro que me voló la cabeza fue Las Cavernas del Terror que era como estos libros de elige tu propia aventura pero ademas ambientado en un universo de elfos, orcos y monstruos, que tiempo después descubrí que estaban sacados del juego de rol Dungeons & Dragons.

Aunque parezca mentira, de todos los libros que aparecen en este listado, este es el más importante a la hora de definir mis aficiones incluso a día de hoy. A través de Las Cavernas del Terror llegué a la fantasía, a los librojuegos y, con el tiempo, a mi afición principal: los juegos de rol

20. La ciudadela del Caos, de Steve Jackson

Un librojuego también, pero uno que no solo tenía elecciones que te llevaban por un camino u otro, sino también un sistema de juego basado en tiradas de dados. Tenían muchísimas secciones (400 era el estándar) y una dificultad alta que obligaba a leerlo una y otra vez hasta resolver el puzzle que te llevaba hasta la victoria final.

En España se publicaron 17 libros de esta colección, 11 de la de Lobo Solitario, 8 de La Búsqueda del Grial, etc. Pero este libro siempre permaneció como uno de mis favoritos de este género de librojuegos con sistema. Escribí no hace mucho sobre el estado de los librojuegos en el año 2023, y creo que es interesante leerlo para ver todo lo bueno que se está escribiendo y publicando a día de hoy, con autores españoles que lo están haciendo francamente bien.

21. RuneQuest, de diversos autores (Stafford, Perren, etc.)

Este no fue el primer juego de rol que tuve, pero sí fue el primero que entendí cómo funcionaba ;). Yo pensaba que los juegos de rol eran una especie de librojuegos avanzados, hasta que entendí que en este tipo de juegos los jugadores interpretaban a personajes que podían intentar cualquier cosa (dentro de los parámetros del sistema y la ambientación), y me voló la cabeza por completo.

Un juego de rol es una conversación entre un director de juego y unos jugadores. El director presenta una situación y los jugadores buscan una solución a través de las capacidades de sus personajes. El limite es su imaginación y el sistema de juego. Lo importante es la libertad de intentar lo que quieras, tomar decisiones y aceptar las consecuencias, dentro de la partida y el universo de juego.

RuneQuest usaba un sistema basado en dados de 100 caras (bueno, un dado de diez para las decenas y uno de diez para las unidades, tirados a la vez) y planteaba un mundo antiguo, con sacerdotes, hoplitas, dioses y monstruos (de nuevo, la Antigüedad, aunque fuera fantástica y mítica). Sigue siendo uno de mis juegos favoritos a día de hoy.

22. Pendragón, de Greg Stafford

Otro juego de rol, con un sistema de reglas similar a RuneQuest pero modificado, Pendragón, la obra maestra de Greg Stafford, nos trasladaba al mundo del Rey Arturo. Tenía un suplemento llamado La Gran Campaña de Pendragón que describía 80 años de aventuras y acontecimientos, desde un poco antes del nacimiento de Arturo hasta su muerte. Comenzabas a jugar con unos personajes y terminabas la partida, meses después, jugando con sus nietos o bisnietos. Porque en este juego pasaba el tiempo y los personajes se retiraban, vencidos por las heridas o por la vejez.

Es gracioso, porque publiqué año por años las aventuras que jugamos en mi blog, y el autor del juego comentó que era la primera campaña que se terminaba en todo el mundo, aparte de la suya propia. Fue una de las primeras entradas que escribí en este blog, entre los años 2006 y 2008.

23. Aquelarre, de Ricard Ibáñez

Aquelarre fue el primer juego de rol creado en España. Al menos, el primero publicado por un editorial (Joc Internacional) y distribuido por todo el país en los años 90). Obra de Ricard Ibáñez, este juego estaba ambientado en los reinos de la península ibérica del año 1350. Estaba lleno de diablos y brujas, pero sobre todo destacaba porque sus protagonistas eran buscavidas y vagabundos, más cercanos al Buscón de Quevedo o al Lazarillo que a Arturo y Merlín.

Yo aprendí muchísimo sobre historia de España gracias al interés que me suscitó sobre ello leer estos libros. Empiezas interesándote por una leyenda medieval y terminas comprándote ensayos como Historia de España de la Edad Media, solo por ambientar mejor las aventuras xD.

24. Ars Magica, de Jonathan Tweet y Mark Rein-Hagen

En este juego de rol interpretas a magos poderosos que viven en la Europa del siglo XIII. Puedes llevar a caballeros, bandidos, clérigos y otros habitantes del mundo medieval, pero no son más que ayudantes y compañeros de los verdaderos protagonistas, que son los magos.

El sistema de juego incluía un modo de interpretar la magia flexible e intuitivo, y actividades de laboratorio como crear objetos mágicos, vincular familiares o inventar nuevos hechizos. Era realmente divertido, y ambicioso en su concepto. Creo que fue el primer juego de rol en el que verdaderamente sentí que se podía jugar a ser magos medievales de fabuloso poder.

25. Dungeons & Dragons, de Gary Gygax y Dave Arneson

El primer juego de rol, creado en 1974 por Gary Gygax y Dave Arneson, no podía faltar en este listado porque es el origen de todo el género. En lo personal, no es mi juego preferido, en ninguna de sus cinco versiones, aunque admito que sigue siendo el rey del género y el más popular. Hay un movimiento llamado OSR (Old School Renaissance) que busca recrear las reglas y espíritu de la versión original del juego. Los juegos de ese estilo me gustan bastante, y he escrito y publicado algunas aventuras de este tipo.

Conclusión

No podría vivir sin libros. Los libros, la literatura, sea elevada o vulgar, me han influido y moldeado hasta convertirme en lo que soy ahora, con casi medio siglo de edad. Han sido compañeros, confidentes y maestros. Me han hecho conectar con otras personas, muchas de ellas muertas hace siglos. Me han hecho vivir muchas vidas, aunque sepa que solo se vive una vez. Mientras me quede algo de entendimiento en la sesera, nunca dejaré de leer.

Saludetes,
Carlos

21 agosto 2025

Reseña de Tenra Bansho Zero

Allá por 2020 participé en una campaña de mecenazgo de la editorial Other Selves para traer a España el juego Tenra Bansho Zero. Fui uno de los mecenas y, a pesar de la pandemia que, no sé si lo recordáis, nos fastidiaba un poquillo por aquel entonces, terminó llegando el tremendo libro, encuadernado en tapa dura, con más de 500 páginas y un peso realmente impresionante.

Obviamente, cogí el libro, lo puse en la estantería, y lo dejé allí hasta que surgiera la ocasión de leerlo. Esa oportunidad ha llegado unos, bah, nada, cinco años después. ¿Por qué tanto tiempo? Bueno, en estos cinco años a mí me han pasado muchas cosas. Unas buenas, algunas malas y muchas estresantes. He necesitado un cierto espacio para poner en orden mi vida. También he de decir que yo no soy un fan de las ambientaciones japonesas (y Tenra Bansho Zero no es japonesa sino hiperjaponesa) y me echaba un poco para atrás el hecho de que los amigos de Other Selves han dicho en muchas ocasiones que con este libro se pegaron el batacazo editorial, y que aún no han recuperado el dinero invertido.

Pero, claro, hay que tener en cuenta que Other Selves nunca ha publicado un juego malo. Jamás. Así que algo debería tener este Tenra Bansho Zero.

Y lo tiene, vaya si lo tiene. Para adelantarnos un poco a los impacientes, os diré que me ha parecido un juego revolucionario sobre todo por su planteamiento de partidas. ¿Hay algún otro juego que conozcáis en el que se juegue una campaña completa en unas cuatro o seis horas?

La ambientación

Tenra Bansho Zero está dividido en una serie de libros. El primero te muestra la ambientación, incluyendo una sección inicial a todo color con ilustraciones tipo manga en los que te presentan ciertos conceptos del mundo. El nombre del mundo es Tenra, y Tenra Bansho vendría a querer decir «todo lo que existe en el cielo y en la tierra». Para hacerse una idea del mundo imaginaos que es Japón en su era feudal, con un montón de dominios gobernados por distintos regentes siempre en guerra unos contra otros. Solo que en lugar de ser una serie de islas del tamaño de Japón, hay como veinte veces más espacio. Y, esto es muy importante, con unos tremendos avances tecnológicos que solo afectan a la guerra.

El juego te indica que Tenra es un planeta distinto a la Tierra, probablemente en el futuro de la Humanidad. Existe una iglesia llamada la Iglesia Sintoísta que tiene acceso a tecnología muy avanzada, pero que hasta relativamente poco tiempo, no la compartía con los gobernantes de Tenra. Sin embargo, hace unos años la capital de la iglesia se hundió en las aguas después de que le cayera encima un trozo de cielo (en realidad, un trozo de puente que parecía ser como una especie de ascensor espacial). Y la iglesia, a partir de ese momento, se dividió en dos partes: una más tradicional y conservadora, y otra que se dedicó a darle a los habitantes de Tenra tecnología de un modo mucho más generoso de lo que lo había hecho nunca.

El resultado es que los campos de batalla de Tenra se están llenando de soldados con fusiles de pólvora, de pequeños mecha de unos tres metros llamados Yoroi, de samurais que utilizan unas gemas mágicas para convertirse en picadoras de carne humana, de soldados normales que sustituyen sus miembros amputados por implantes mecánicas, de robots animados por almas atrapadas en su interior... en fin, de cosas loquísimas. Realmente se puede ver que el concepto es «esto es como el japón medieval pero con robots, guerreros con poderes, ninjas, monjes, hechiceros, etc.».

Hay dos conceptos importantes en este tecnología proporcionada por la iglesia: uno, la existencia de las gemas del alma, que son como esferas de energía que sirven para potenciar armas (de modo que se puedan crear cosas parecidas a fusiles láser) y espejos mágicos que pueden atrapar a almas en su interior y que son el modo de poder animar a los Yoroi (mechas) o los Kongohkis (robots asesinos).

Confieso que la ambientación me pareció un poco marciana, con unas trece «clases de personaje» a cada cual más loca:

  • Yoroi. Los mechas. Bueno, digamos que no son tan enormes como un mecha típico, pero miden sus tres o cuatro metros. Son carísimos, tienen dentro un espejo de almas y solo pueden ser pilotados por gente pura, así que sus pilotos suelen ser... niños nobles. Que a medida que se hacen mayores dejan de poder usarlos.
  • Onmyojutsu. Los hechiceros. Gente que literalmente convierte la energía mágica del planeta en monstruos con diversos poderes. Sí, vendría a ser un entrenador pokémon :D.
  • Samurái. No el típico samurái que vemos en las películas, sino un tipo que se ha implantado docenas de gemas del alma en el cuerpo y se puede transformar en una bestia de combate durante unos pocos minutos cada vez. En realidad, es gente que ha abandonado su humanidad para dejarse poseer por un espíritu que lo transforma en una bestia de guerra.
  • Monje budista. Hay varias sectas budistas en Tenra. Algunos son monjes guerreros que viven en las montañas, otros son gente pacifista que trata de hacer el bien. No se pelean con la iglesia sintoísta, cada cual va un poco a su rollo.
  • Kijin. Los ciborgs. Un soldado que ha sustituido partes de su cuerpo por apéndices mecánicas, ojos biónicos y ese tipo de cosas. Y que, poco a poco, van perdiendo su humanidad.
  • Kongohki. Los robots. Un ser mecánica al que se ha implantado un espejo de almas como el que llevan los yoroi, pero con un alma atrapada en su interior, a la que se le ha borrado su memoria para que no reuerde su antigua vida.
  • Shinobi. Los ninjas. Con sus aldeas perdidas en los bosques y sus poderes de sigilo y asesinato.
  • Kugutsu. Seres artificiales creados a partir de árboles sagrados a los que se da forma humana. Son hermosísimos y los gobernantes luchan entre sí por el honor de tener un kugutsu. Que no deja de ser un ser humano artificial, bello, educado y elegante.
  • Mushi-Tsukai. Uno de los conceptos más extraños. Son gente que deja que en su cuerpo vivan anélidos e insectos nativos de Tenra, que les permite tener poderes especiales. Entre ellos, los de curar heridas. Así que los doctores de Tenra son gente a la que le sale un gusano del pecho que te cauteriza una herida. Argh.
  • Oni. Los verdaderos nativos de Tenra. Casi indistinguible de los humanos, salvo por dos cuernos que les sale de la frente. Tienen poderes mentales y curativos. Y la iglesia sintoísta usa sus corazones como motores para los yoroi y otras máquinas de guerra. Siniestro.
  • Agente sintoísta. Los agentes de la iglesia sintoísta, desde los sacerdotes que van por los pueblos ayudando a las personas hasta los agentes con más poder que manipulan Tenra desde las sombras.
  • Ayakashi. Espíritus. Animales parlantes, manifestaciones de un lugar, dioses... los seres mágicos de Tenra, que también pueden ser interpretados por los jugadores.
  • Usuarios del Arte de la Guerra. Finalmente, puedes incluso interpretar a un humano normal. Por supuesto, uno que tenga acceso a técnicas de lucha con la espada típicas de los manga y el anime.

Todo esto se explica en el primer capítulo de la ambientación, y aquí vi un montón de referencias a distintas obras, arquetipos del anime y japonesismos elevados a la enésima potencia. Pero, ay, amigo. Luego llegamos a la parte de... las reglas.

Las reglas

La primera versión de Tenra Bansho se publicó en 1997. La versión que tradujo Other Selves es del año 2000 y se llama Tenra Bansho Zero porque utiliza un sistema distinto llamado «Sistema Zero». El sistema básico es que tú tienes una serie de características (Cuerpo, Agilidad, Sentidos, Empatía, etc.) que determina cuántos dados tiras al intentar hacer algo. Y una serie de habilidades (Combate cuerpo a cuerpo, combate a distancia, Etiqueta, Observación, etc.) que determina qué número tienes que sacar en los dados para obtener éxitos. Así, si tienes Agilidad 8 y Combate a distancia 3 lo que quiere decir es que tienes que tirar ocho dados y por cada 1, 2 o 3 que saques en el dado, obtienes un éxito. Normalmente con un éxito es suficiente para lograr lo que te propongas, pero en ocasiones el director de juego te pide obtener más éxitos. El número de éxitos a lograr se denomina la Dificultad de la acción.

Pero después existe los conceptos que me parecen más interesantes del juego: los Apegos, el Aiki, el Kiai y el Karma.

Un Apego es una emoción, un objetivo o tabú del personaje. Por ejemplo, Amor (a una persona), Odio (a los nobles) o Meta (liberar a la princesa). Los Apegos tienen valores de 1 a 5, como la Habilidades. Cuando un jugador participa en una escena y trae a colación uno de sus Apegos, el resto de jugadores o el director de juego le pueden recompensar por haber interpretado bien dándole puntos de Aiki.

Los puntos de Aiki son recompensas que te da el resto de compañeros por interpretar a tu personaje. Cuando hay un interludio entre escenas, lo que viene a ser un descanso, se pueden hacer tiradas para convertir los puntos de Aiki en puntos de Kiai. Y los puntos de Kiai son como puntos de héroe en otros juegos, que te permiten tirar más dados para lograr acciones, mejorar tus habilidades en un momento dado, salvarte en un combate, etc. Los puntos de Kiai se pueden usar incluso para mejorar al personaje entre escena y escena.

La contrapartida es que, a medida que usas puntos de Kiai, vas acumulando puntos de Karma, a razón de un punto de Karma por cada punto de Kiai usado. Y si llegas a tener 108 puntos de Karma, pierdes al personaje, que se convierte un Asura, una persona dominada por sus emociones y apegos. Esto tiene que ver con la filosofía japonesa de que el karma es como una deuda que se acumula en las personas por estar demasiados apegados al mundo.

¿Cómo puedes evitar perder al personaje a toda velocidad? Quitándote Karma por el método de eliminar o modificar tus apegos. Cada vez que cambias por ejemplo un Odio a una persona por una Rivalidad hacia esa misma persona, o después por un Amor a esa misma persona, cumpliendo el tropo de From Enemy to Lovers, el Apego va perdiendo puntos, y pasa de Odio (Saitama) 4 a Rivalidad (Saitama) 3 y luego a Amor (Saitama) 2. Y cuando pierdes puntos, te quitas también puntos de Karma, siguiendo una tabla determinada en el juego.

Todo esto se combina con el hecho de que el juego está dividido en Escenas e Interludios. En las Escenas los personajes interactúan entre sí y con otros personajes no jugadores. Y en los Interludios se convierte el Aiki en Kiai, se modifican Aspectos para no perder a tu personaje por acumulación de Karma y se prepara uno para la siguiente Escena. Si combinamos esto con el hecho de que entre Escena y Escena pueden pasar unas horas o pueden pasar unos años lo que terminamos teniendo es un juego en el que se puede contar una historia épica en simplemente una larga sesión de seis horas o un par de sesiones de cuatro, por ejemplo.

Creo que este y no otro es el verdadero potencial de Tenra Bansho Zero, lo que lo convierte en un juego tremendamente original. En este juego tu personaje tiene una serie de emociones y objetivos que lo definen. Cuanto más interpretes estas emociones y más vayas en busca de tus objetivos en la partida, más puntos de Aiki te van a dar tus compañeros. Esos puntos los vas a convertir en puntos de Kiai, que te permiten hacer cosas asombrosas en las escenas. ¡Interpretar bien hace que tu personaje sea más poderoso! Y si no quieres acumular Karma por el uso de ese jugoso Kiai, vas a tener que cambiar a tu personaje. Tendrás que modificar sus Apegos para librarte del Karma y eso significa evolucionar de modo que el personaje que termine la partida sea muy distinto de aquel que la comenzó.

Existen otros elementos bastante originales en el sistema que merece la pena destacar:

  • En el combate, a medida que acumulas heridas tienes más dados para seguir combatiendo. ¿Realista? Ni de coña. ¿Algo que vemos constantemente en mangas como Caballeros del Zodíaco? Por supuesto.
  • Cuando conoces por primera vez a un personaje jugador, o a un personaje no jugador importante, haces una tirada aleatoria en una tabla llamada Matriz de Emociones que determina qué piensas del personaje. Puede que lo odies a primera vista, o que te enamores de él. Puede que te recuerde a un hermano pequeño o un hijo, o que te resulte inquietante. Convierte esa emoción en un Apego y haz que evolucione vuestra relación a partir de ahí a lo largo de la partida.
  • Para crear a los personajes hay una serie de plantillas muy sencillas de combinar. Cada plantilla te da una serie de valores de Habilidad, un Karma inicial, un poco de equipo, una sugerencia de Apego... y permiten crear un personaje en un par de minutos, combinando por ejemplo «Funcionario de la Corte», «Maestro espadachín» y «Ascendencia Oni». Como cada partida es una campaña, prueba con un tipo de personaje nuevo en cada una de ellas.
  • Las armas en el juego solo tienen un valor de daño. Y las armaduras no sirven para nada, son simplemente decorativas. Este no es un juego con combates en el que se detalle cada golpe, con asaltos, iniciativas, tiradas de defensa, de daño, de absorción de daño, etc. Este es un juego de fliparse interpretando y luego fliparse tirando 20 dados después de quemar una cantidad prodigiosa de Kiai en una Escena.

La descripción de los tipos de personaje

Ya os he puesto antes una pequeña descripción de cada uno de los trece tipos de personaje principales que existen en el juego. Lo cierto es que se pueden combinar algunos de ellos, de modo que tengas un monje budista que tenga el cuerpo lleno de anélidos, o un soldado Kijin que sea además aprendiz de hechicero (cosas más raras se han visto). Aunque hay algunas combinaciones prohibidas, hay bastante margen para combinar tipos distintos y obtener personajes originales y sorprendentes.

También es verdad que el propio juego te dice que puedes hacer una partida en la que cuatro personajes sean shinobis (ninjas) y otro sea una jinete de Yoroi y que puedes usar la misma plantilla para los shinobis pero jugar con sus Apegos y la interpretación de cada jugador para que los personajes se sientan muy diferentes entre sí.

El capítulo cuatro, en el que se describen todos estos distintos personajes, es el más extenso del juego, con unas 200 páginas en las que se explican los poderes individuales de cada tipo de personaje. La idea es que el juego te proporciona una sistema sencillo de tiradas, una estructura clara de Escenas e Interludios y una economía de Apegos/Aiki/Kiai/Karma sobre el que cada personaje tendrá sus propias mecánicas especiales que lo harán aún más único y permitirá a los jugadores más experimentados probar combinaciones interesantes en cada partida.

Detenerme a explicar cada uno de los tipos de personaje, sus mecánicas y sus diferencias sería demasiado incluso para una reseña de la extensión que suelo usar en este blog. Espero que sea suficiente con decir que algunas son más sencillas de usar que otras y que en ninguna hay que hacer ingeniería aeronáutica para crear al personaje o utilizarlo luego en partida.

Consejos de dirección, plantillas y personajes pregenerados

Los últimos capítulos del libro están dedicados a dar consejos a los directores de juego sobre cómo crear partidas y dirigirlas, y a proporcionar herramientas como plantilas para crear personajes y ejemplos de personajes listos para jugar. Creo que lo único que se echa de menos es un ejemplo de partida concreta que pueda darnos una idea de cómo estructurar una aventura de Tenra Bansho Zero. Durante el mecenazgo se desbloquearon tres aventuras en PDF que están disponibles en DriveThruRPG (Cuentos del Cielo y de la Tierra y, en físico, en sus tiendas amigas. Yo ya me he empezado a leer estas aventuras también y me han parecido muy ilustrativas para saber cómo dirigir este juego. Ojalá hubieran estado incluidas, al menos una, en el libro de reglas. Pero entiendo que irnos a 600 páginas tampoco era una buena idea. Ya me ha costado sostener el libro en ocasiones mientras lo leía, como para encima hacerlo aún más gordo.

Conclusiones

Estoy por un lado sorprendido por la originalidad del juego y por otro avergonzado por haber tardado tanto en leerlo. Y también con ganas de probarlo en mesa, la verdad. Lo que me ha resultado más original ha sido la economía de Apegos, Aiki/Kiai y Karma, que es el verdadero corazón del juego, y la estructura de una partida/campaña en una serie de Escenas e Interludios que permite contar una historia épica en poco más de una tarde. El autor habla en bastantes puntos del libro de que toda esta estructura está basada en el teatro kabuki de Japón, y es cierto que se ve una gran influencia de las narraciones melodramáticas, con grandes amores y odios, drama y tragedia a tutiplén y luego gente volando de un lado a otro, dándose espadazos (no he visto nunca una representación de teatro kabuki, no tengo ni idea de si son así).

Lo cierto es que el libro puede asustar por lo gordo que es y puede que por lo que esperamos que sea (complicado, extraño, demasiado ambicioso). Y resulta que no, que la mecánica es de lo más sencilla de explicar. Es uno de esos juegos que, estoy seguro, funciona mucho mejor en mesa que simplemente leyéndolo. Las historias que me cuentan las personas que lo han dirigido así lo corroboran, así que solo me queda llevarlo a mesa a ver qué sale.

Por supuesto, también estoy pensando en cambiar el Aiki por Carisma, el Kiai por Areté y el Karma por Hibris y ambientarlo en un mundo hiperclásico con dioses, hoplitas y templos clásicos, en lugar de hiperoriental, pero en ese caso es simplemente que la cabra siempre tira para el monte; espero darle una primera oportunidad al juego original, sin ponerme a hacer experimentos antes de tiempo ;).

Creo que, realmente, deberíais darle una oportunidad a Tenra Bansho Zero si aún no lo habéis hecho. A mí es de los juegos que más me han sorprendido de todos los que he leído este año.

Saludetes,
Carlos

14 agosto 2025

Los juegos de rol tratan sobre tomar decisiones

En casi veinte años de escritura de este blog, creo que nunca me he planteado escribir una entrada en la que explique mi Teoría Unificada del Rol. Ya sabéis, una entrada en la que definir Qué Es El Rol, sin dejarme ni una piedra por remover y donde se diga si el rol es interpretar o es jugar, si los juegos narrativos o en solitario son rol o no lo son, si los dados son imprescindibles, si hay vida más allá de D&D, etc. Tranquilos, hoy tampoco voy a hacerlo. No voy a escribir este tipo de entrada porque no me siento preparado intelectualmente para ello, a pesar de llevar décadas cultivando esta afición. Eso se lo dejo a los diseñadores, los sociólogos y los expertos. Yo no paso de ser un diletante (gracias por descubrirme dicho concepto, La Llamada de Cthulhu).

Lo que sí puedo decir es aquello que para mí supone el elemento más distintivo de los juegos de rol, el ingrediente secreto de la poción mágica, la fórmula de la kokakola. Del mismo modo que al Agente Smith le alcanzó la epifanía mientras trataba de clasificar a los humanos y deducía que no somos mamíferos sino virus, a mí el momento de iluminación me alcanzó cuando me preguntaba por qué me suelen aburrir no solo ver partidas grabadas sino incluso el hecho de que alguien me cuente una batallita de una de sus partidas.

La razón es que el rol va de participar. De estar ahí. De tomar decisiones en el momento, sin saber qué es lo que va a suceder. Y de asumir las consecuencias, claro.

Por eso, cuando alguien me cuenta qué pasó en su partida, o cuando veo una sesión grabada de las partidas de otros, me pueden servir como ejemplo, me pueden resultar divertidas (durante un rato), pero no les encuentro la magia que siento en la mesa de juego. Porque ahí, ya sea del lado del director de juego o del lado de los jugadores, nunca sé lo que va a suceder, pero sí sé que puedo intentar cualquier cosa. No hacer cualquier cosa (porque puedo fallar), pero sí intentarlo. Cualquier cosa es cualquier plan que se me pase por la cabeza, más allá incluso de lo que el creador del juego/campaña/aventura que esté jugando haya previsto ni en sus más locos sueños. Esa es la magia del rol, la genialidad del concepto. Y la razón por la que vivir una partida, en el momento presente, tomando decisiones en ese punto y no otro, jamás se podrá comparar a hablar sobre ello o verlo interpretado por otros.

Es cierto que podemos decir que esto sucede con muchas otras aficiones. Que siempre es mejor participar que ser un mero espectador. Pero yo puedo disfrutar de ver una película, asistir a una competición deportiva o escuchar un concierto, sin necesidad de ser actor, atleta o músico. Mucha gente, de hecho, lo hace, y disfrutan mucho de ser espectadores.

No digo que no se pueda disfrutar de ver partidas, leer manuales o soñar con juegos de rol. Yo lo he hecho, y con frecuencia. Disfruto incluso de coleccionar juegos de rol ;). Pero insisto en que la magia de estar allí, en la partida, es incomparable. Y encima está al alcance de todos. No estoy de acuerdo en que haya que «iniciarse» en el rol o ser un «experto jugador». A pesar de que hay gente a la que se le da bien jugar o dirigir, y que todo mejora con la práctica, el rol es una afición para todas las edades y condiciones. Imaginar ser otras personas, interpretar un papel, divertirnos jugando a ser otros, es algo que todos hemos practicado desde niños. Creo que hay pocas aficiones tan universales.

Da igual si el juego de rol que te gusta es más táctico o más narrativo. Da igual si lo juegas con una docena de personas o contigo mismo, en tu cabeza. En todos los casos empezarás la partida con una idea de lo que va a suceder, con unos objetivos, con un personaje. Con ciertas expectativas y cierta idea general de por dónde van a ir los tiros. Pero es casi imposible que termines la partida sin que haya sucedido nada sorprendente que nadie se esperaba. Puede ser una tirada de dados sorprendente, puede ser un personaje no jugador inicialmente anodino del que se enamoren los jugadores, puede ser el resultado de una combinación de reglas que provoque una reacción en cadena que nadie hubiera predicho. Todo eso puede suceder en una partida, el azar, la sorpresa, lo inesperado. ¡Es parte de la diversión! Pero toda esa suerte (buena o mala) se verá compensada por el hecho de que los jugadores siempre tendrán la oportunidad de intentar cualquier cosa. Y si intentan algo que no está contemplado en las reglas, tienen la suerte de que el hardware sobre el que funcionan los juegos de rol es un cerebro humano con imaginación, y el director de juego, o el grupo de jugadores en conjunto, pueden encontrar una solución consensuada sobre cómo continuar, basándose en las reglas existentes y/o en su sentido común.

Para mí el hecho de poder vivir en otros mundos y poder ser otras personas, aunque solo sea durante el tiempo que dura la partida, es maravilloso. Y sentir que mis decisiones cuentan, que influyen en el mundo, resulta empoderante. Aunque la libertad de acción esté restringida por las reglas y las condiciones específicas del personaje que interpreto y sus capacidades, creo que hay muy pocas aficiones en las que puedas intentar lo que sea. Para un miembro de una especie que da tanta importancia a la imaginación y a las historias, esta es una actividad con un atractivo increíble.

Yo siempre que pierdo un poco de fe en mi afición, me echo una partida con los amigos y recupero la energía. En el acto de jugar está la fuerza del rol.

Jugad más.

Saludetes,
Carlos

P.D.: Sí me podéis contar vuestras batallitas. Os voy a escuchar. Pero recordad que son significativas sobre todo para aquellos que las vivisteis ;).